Por RICARDO GONZÁLEZ MENÉNDEZ
-Cuarta parte-
El caso con el que ejemplificaremos el tabaquismo es precisamente un paciente
aquejado de uno de los efectos dañinos menos conocidos por la población
general y, no excepcionalmente, por algunos profesionales no dedicados
a la lucha contra los hábitos tóxicos.
Roberto es un hombre de 36 años, de alto nivel escolar
y tiene un trabajo calificado, en el que devenga un salario 3 veces superior
al promedio. Su inicio en el consumo del tabaco se produjo en la adolescencia
"quería dar la imagen de adulto".
Los consejos de su padre (fumador
de larga historia y en total abstinencia desde los 45 años, luego
de habérselo suprimido el médico por presentar un grave infarto
cardíaco) no fueron efectivos ya que "cuando los escuchaba consideraba
que yo tenía la fuerza de voluntad suficiente para eliminar el consumo
cuando lo deseara". Después, la cantidad de cigarros consumidos
iba en aumento y ya le resultaba difícil estar más de una
hora sin encender alguno.
Hace 3 meses concurrió a su primera consulta tras separarse de
su esposa, luego de presentar durante 2 años un cuadro de disfunción
sexual eréctil (antiguamente mal llamado impotencia) que no respondió
a los tratamientos habituales. Su esposa lo atribuía a que él
tuviera otras relaciones, y los médicos que consultó le habían
manifestado que las pruebas muy complejas realizadas durante semanas no
ofrecían ninguna alteración que justificara sus dificultades
sexuales.
La profunda y calificada exploración realizada por los
facultativos que lo atendieron tuvo en cuenta los hábitos tóxicos,
pero dicho dato se registró en la historia clínica solamente
como: "consume café, tabaco y alcohol". Luego de varias consultas
sin resultados favorables y al percatarnos de que le era imposible mantenerse
sin fumar, en las entrevistas surgió la pregunta ¿fuma usted
mucho?
La respuesta abrió las puertas a su recuperación y
aportó un nuevo elemento para entender la petición de divorcio
por parte de su compañera, pues además de los conflictos
maritales antes referidos estaba el significativo daño económico
hogareño. El consumo en los últimos años fluctuaba
entre 18 y 20 tabacos diarios, cifra realmente excepcional en nuestro medio
y que implicaba la dedicación de la mitad de su salario a dicho
hábito tóxico.
En esos momentos surgía una nueva preocupación,
le resultaba, a su decir, imposible pasar la pensión de 60 pesos
a sus 2 hijas y esto le creaba una gran culpabilidad, con la consecuente
depresión. Sólo la supresión total del tabaco, lograda
después de varios meses de esfuerzo, dio fin a las dificultades
sexuales afrontadas y resolvió los conflictos económicos
de aquel paciente.
BREVES APUNTES HISTORICOS
El tabaco, originario de América, es una planta de la familia
de las solanáceas cuyas hojas secas y arrolladas, utilizadas en
forma de tizón que se encendían por un extremo y se chupaba
por el opuesto, llamaron la atención de los colonizadores.
La denominación de la planta en el lenguaje nativo era cohíba
y su uso no era exclusivo del behíque (sacerdote de la tribu), sino
de todos los integrantes del grupo primitivo. La forma de consumo podía
ser fumado, masticado y otras veces aspirados, y el nombre del tizón
era tabaco. A principios del siglo XV, Carlos V recibió semillas
de la planta, que sembró y cultivó; medio siglo después
Juan Nicot, embajador francés en Portugal, la llevó
a la reina de Francia, quien recomendó su aplicación para
la curación de las heridas y la usó también en forma
de polvo. En reconocimiento a Nicot, la planta fue llamada nicotina,
y su producto activo, que veremos a continuación, se denominó
nicotina.
El consumo actual de tabaco, en el mundo desarrollado, se tipifica en
Estados Unidos de América, donde anualmente se producen 600 000
millones de cigarrillos y donde existen 55 millones de dependientes del
tabaco. Un estudio efectuado en nuestro país, 8 años atrás,
en un municipio de la capital, evidenció que el 38,5 % de las mujeres
y 71 % de los hombres mayores de 16 años consumían tabaco
regular mente, lo que representa el 55 % de la población en el grupo
de edad referido.
Los continuos y calificados esfuerzos por lograr la reducción
de su consumo en nuestro medio no han logrado aún bajar la proporción
de los fumadores a cifras menores del 40 % en la población adulta,
y desgraciadamente Cuba ocupa todavía el tercer lugar entre los
países consumidores de tabaco.
MECANISMOS DE ACCION DEL TABACO
El tabaco actúa también elevando la cantidad de neurotransmisores,
en forma similar al café, pero al mismo tiempo disminuye la circulación
de la sangre por el cerebro y corazón y bloquea los impulsos nerviosos
de la médula espinal (parte del sistema nervioso que se extiende
por el canal existente en la columna vertebral y donde radican centros
nerviosos muy importantes para el normal funciona miento sexual). Este
fue precisamente uno de los mecanismos que explicaban la "inexplicable"
dificultad que trajo a consulta al paciente con quien comenzamos este capítulo.
Todos estos efectos se determinan por la nicotina que se encuentra en proporción
aproximada al 1 ó 2,5 % del peso del tabaco. Existen también
otros mecanismos ajenos a los químicos, relacionados con los diferentes
rituales (comportamientos rutinarios al manipular el cigarrillo o tabaco-cigarro
en otros medios).
Hay investigaciones, efectuadas en países fríos, que demuestran
que la mayoría de los fumadores, cuando se apagan sus cigarrillos,
siguen exhalando humo (esta vez por la acción del frío) y
no se percatan de que realmente no fuman en ese momento. Debe también
recordarse que aunque los indios norteamericanos usaban el tabaco en ceremonias
de paz (fumar la pipa de la paz), en épocas anteriores, el simbolismo
fundamental de exhalar humo de cualquier tipo era expresar ira.
Además de los efectos esperados por los mecanismos de
acción referidos debemos tener en cuenta que existen muchos otros
mecanismos que explican precisamente los efectos inesperados o al
menos no deseados de este tóxico, que por la cantidad de fallecimientos
que determina podría denominarse como asesino con cara de ángel.
martes, 26 de marzo de 2013
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