domingo, 21 de abril de 2013

Efectos del tabaco sobre la salud

Por RICARDO GONZÁLEZ MENÉNDEZ

(Sexta parte)

¿COMO LIBERARSE DEL HABITO UNA VEZ ESTABLECIDO?

Mark Twain comentaba: "¿Quién dice que dejar de fumar es difícil? Yo he dejado de fumar unas 150 veces". Debemos reconocer que se trata de un hábito que demanda un esfuerzo personal importante para ser superado y a veces requiere del esfuerzo simultáneo del fumador y del equipo médico, pero a los profesionales de la salud nos resulta muy doloroso ver que muchas veces la interrupción total del consumo sólo se logra después de haberse instalado una complicación como el infarto al miocardio, ya que aunque esto es fundamental para evitar nuevos infartos, lo ideal es dejar de fumar a tiempo; con el propósito de ayudar a quienes tomen esa decisión, revisaremos los aspectos esenciales de algunas técnicas para eliminar esta peligrosa costumbre.

El primer aspecto es reconocer que no existe tóxico alguno que sea más fuerte que la decisión firme de un ser humano. El segundo, reconocer que los efectos nocivos no sólo deben valorarse en lo referente a la pérdida de la salud y la posibilidad de muerte, sino también en lo que significaría una muerte temprana para nuestros seres queridos (sobre todo los hijos), ya que es bueno recordar que el consumo de sustancias tóxicas es a fin de cuentas una conducta a la que tenemos que oponer nuestro sentido de responsabilidad.

Muchas personas logran interrumpir el consumo brusca y definitivamente, pero puede también usarse el método de la reducción progresiva de los cigarrillos fumados (Becoña E. 1991). Para ello debe establecerse el nivel de consumo de la última semana y a partir de aquí ir reduciendo un cigarrillo semanal, es decir, comenzar un sábado y mantener esa nueva cantidad toda la semana, al sábado siguiente reducir otro y así sucesivamente hasta eliminar el consumo.

Informe a todas sus amistades que ha decidido dejar de fumar, esto evitará que le inviten y, además, en cierto grado, lo comprometerá ante ellos. No acumule nunca cajas de cigarros en su casa y utilice sólo una cajetilla o depósito donde estarán todos los cigarrillos comprometidos para el día; establezca rígidamente que dicha cantidad no podrá ser superada bajo ninguna circunstancia. Vaya a lugares, como el cine, donde no podrá fumar. Cuando esté en su casa tenga los cigarrillos en un lugar en el que le resulte incómodo ir a buscarlos y establezca como regla que sólo fumará (mientras esté en su casa) en una silla poco cómoda y colocada frente a una esquina donde no tenga posibilidades de realizar ninguna otra actividad recreativa mientras fume, es decir, no podrá leer ni ver televisión, sino que estará sentado frente a una esquina de la habitación.

Este método, que parece una broma como la de Mark Twain, resulta de alta utilidad. Además, si usted es creativo, debe preparar un depósito para los cigarrillos, que requiera cierta manipulación para obtenerlos como varios sobres o depósitos envueltos de mayor a menor. Evite estar —cuando no sea imprescindible— en compañía de fuma dores egosintónicos (fumadores que aceptan su hábito de fumar y no luchan contra él, como sí hacen los egodistónicos) y después de eliminar el hábito esté preparado para aceptar, durante 1 año aproximadamente, que podrá sentir atracción por el tabaco cuando vea a alguien fumando (Dawley H; 1987). Tenga presente que si consume otra vez un primer cigarrillo o tabaco las posibilidades de caer nuevamente en el hábito son muy altas (Mothersill K; 1988).

RECURSOS ESPECIALIZADOS PARA CONTROLAR EL HABITO DEL TABACO

Cuando los esfuerzos personales no cristalicen con el éxito, existen tratamientos más especializados, que desde luego requieren la atención médica directa. Para comenzar su relación, en forma breve señalaremos que algunos se derivaron de la apreciación clínica de que los pacientes con enfermedades como la hepatitis viral presentan un franco rechazo al tabaco, el cual, al ser consumido provoca respuestas muy desagradables. Con ese principio se han fabricado algunas tabletas que fueron utilizadas con relativo éxito en nuestro país.

ACUPUNTURA

Este tratamiento ha sido de notable utilidad no solamente para superar las molestias que determinan en algunas personas la supresión brusca del tabaco, sino también para controlar el hábito.

RECURSOS AVERSIVOS

El propósito que se persigue con estas técnicas es vincular el consumo del tabaco con molestias desagradables, de manera que se produzca un condiciona miento de rechazo o aversión. Las técnicas más novedosas en algunos países desarrollados son: la del humo retenido (Becoña E; 1992), que se fundamenta en el efecto irritante del humo cuando se mantiene en la boca por más de un minuto y se aplica en sesiones de 10 inhalaciones; y también la técnica de fumar rápido, consistente en el consumo con aspiraciones sucesivas y fuertes del cigarrillo o tabaco con el propósito de lograr una intoxicación aguda (borrachera por tabaco) cuyas molestias son de tal magnitud que llevan al establecimiento de reflejos condicionados de rechazo al tóxico. Existen en nuestro medio, finalmente, equipos especializados que tratan a grupos con problemas de tabaquismo en forma similar a como se tratan los pacientes alcohólicos. Esta es otra opción asistencial a la que puede recurrir quien se haya decidido a vencer al "asesino de la cara de ángel" (Gmur M. ; 1987).
ALCOHOL
Cuando fue atendido, Alberto era un joven gastronómico de 32 años procedente de una familia campesina camagüeyana. Diez años antes se había mudado a La Habana y aparentemente todo iba bien para él junto a su esposa y su hijita de 5 años que a su decir "era la niña de sus ojos". La emoción entre cortaba su voz mientras refería, en un grupo de psicoterapia de alcohólicos, que cuando ella nació se había hecho el propósito de que fuera la niña más feliz del mundo, ya que no quería que se repitieran sus experiencias infantiles cuando el hambre lo hizo llorar en los meses siguientes al desalojo de que fue objeto su familia por la guardia rural.

Aquel tiempo sin techo le sembró valores profundos lo que significaba un hogar sólido en la vida de un niño. Su propósito, al contar sus experiencias al grupo, era expresar qué razones lo habían movido a luchar contra el alcohol, y sus palabras no sólo emocionaron profundamente a otros pacientes participantes, sino también al psiquiatra conductor de la actividad. Desde hacía algún tiempo su esposa le decía que bebía demasiado y que durante sus cuadros de embriaguez se comportaba en forma muy agresiva, cosa que no recordaba y consideraba un recurso femenino para que él tomara menos. También algunos compañeros de trabajo le advirtieron "que se le estaba yendo la mano con las bebidas alcohólicas", pero eso "le entraba por un oído y le salía por el otro", hasta que comenzó a llamarle la atención que Rosita durmiera con los zapaticos puestos.
El diálogo, según su relato, fue más o menos así: "¿mimita, por qué duermes con los zapaticos puestos?

Papito, es que yo tengo mucho miedo cuando llegas borracho y duermo así para poder salir corriendo si nos das pau pau a mami y a mí". Esto ocurrió hace unos 15 años, y si para Alberto constituyó la experiencia que le hizo "abrir los ojos", para nosotros resultó una de las más claras evidencias prácticas de las gran des tragedias que se vinculan con el consumo irresponsable del alcohol. Desde entonces, ésta ha sido una de las más fuertes motivaciones para dedicar nos a evitar, en la medida de nuestras posibilidades, que otros niños corran la suerte de Rosita.

Esta referencia de un caso también real fue concluida cuando, unos años después, las dificultades para recordar a un antiguo paciente que me saludaba con gratitud fueron superadas al escuchar que "ya Rosita dormía sin zapaticos puestos".

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