Por RICARDO GONZÁLEZ MENÉNDEZ
(Sexta parte)
¿COMO LIBERARSE DEL HABITO UNA VEZ ESTABLECIDO?
Mark Twain comentaba: "¿Quién dice que dejar de
fumar es difícil? Yo he dejado de fumar unas 150 veces". Debemos
reconocer que se trata de un hábito que demanda un esfuerzo personal
importante para ser superado y a veces requiere del esfuerzo simultáneo
del fumador y del equipo médico, pero a los profesionales de la
salud nos resulta muy doloroso ver que muchas veces la interrupción
total del consumo sólo se logra después de haberse instalado
una complicación como el infarto al miocardio, ya que aunque esto
es fundamental para evitar nuevos infartos, lo ideal es dejar de fumar
a tiempo; con el propósito de ayudar a quienes tomen esa decisión,
revisaremos los aspectos esenciales de algunas técnicas para eliminar
esta peligrosa costumbre.
El primer aspecto es reconocer que no existe tóxico alguno
que sea más fuerte que la decisión firme de un ser humano.
El segundo, reconocer que los efectos nocivos no sólo deben valorarse
en lo referente a la pérdida de la salud y la posibilidad de muerte,
sino también en lo que significaría una muerte temprana para
nuestros seres queridos (sobre todo los hijos), ya que es bueno recordar
que el consumo de sustancias tóxicas es a fin de cuentas una conducta
a la que tenemos que oponer nuestro sentido de responsabilidad.
Muchas personas logran interrumpir el consumo brusca y definitivamente,
pero puede también usarse el método de la reducción
progresiva de los cigarrillos fumados (Becoña E. 1991). Para
ello debe establecerse el nivel de consumo de la última semana y
a partir de aquí ir reduciendo un cigarrillo semanal, es decir,
comenzar un sábado y mantener esa nueva cantidad toda la semana,
al sábado siguiente reducir otro y así sucesivamente hasta
eliminar el consumo.
Informe a todas sus amistades que ha decidido dejar de fumar, esto evitará
que le inviten y, además, en cierto grado, lo comprometerá
ante ellos. No acumule nunca cajas de cigarros en su casa y utilice sólo
una cajetilla o depósito donde estarán todos los cigarrillos
comprometidos para el día; establezca rígidamente que
dicha cantidad no podrá ser superada bajo ninguna circunstancia.
Vaya a lugares, como el cine, donde no podrá fumar. Cuando esté
en su casa tenga los cigarrillos en un lugar en el que le resulte incómodo
ir a buscarlos y establezca como regla que sólo fumará (mientras
esté en su casa) en una silla poco cómoda y colocada frente
a una esquina donde no tenga posibilidades de realizar ninguna otra actividad
recreativa mientras fume, es decir, no podrá leer ni ver televisión,
sino que estará sentado frente a una esquina de la habitación.
Este método, que parece una broma como la de Mark Twain,
resulta de alta utilidad. Además, si usted es creativo, debe preparar
un depósito para los cigarrillos, que requiera cierta manipulación
para obtenerlos como varios sobres o depósitos envueltos de mayor
a menor. Evite estar —cuando no sea imprescindible— en compañía
de fuma dores egosintónicos (fumadores que aceptan su hábito
de fumar y no luchan contra él, como sí hacen los egodistónicos)
y después de eliminar el hábito esté preparado para
aceptar, durante 1 año aproximadamente, que podrá sentir
atracción por el tabaco cuando vea a alguien fumando (Dawley
H; 1987). Tenga presente que si consume otra vez un primer cigarrillo
o tabaco las posibilidades de caer nuevamente en el hábito son muy
altas (Mothersill K; 1988).
RECURSOS ESPECIALIZADOS PARA CONTROLAR EL HABITO DEL TABACO
Cuando los esfuerzos personales no cristalicen con el éxito,
existen tratamientos más especializados, que desde luego requieren
la atención médica directa. Para comenzar su relación,
en forma breve señalaremos que algunos se derivaron de la apreciación
clínica de que los pacientes con enfermedades como la hepatitis
viral presentan un franco rechazo al tabaco, el cual, al ser consumido
provoca respuestas muy desagradables. Con ese principio se han fabricado
algunas tabletas que fueron utilizadas con relativo éxito en nuestro
país.
ACUPUNTURA
Este tratamiento ha sido de notable utilidad no solamente para superar
las molestias que determinan en algunas personas la supresión brusca
del tabaco, sino también para controlar el hábito.
RECURSOS AVERSIVOS
El propósito que se persigue con estas técnicas es vincular
el consumo del tabaco con molestias desagradables, de manera que se produzca
un condiciona miento de rechazo o aversión. Las técnicas
más novedosas en algunos países desarrollados son: la
del humo retenido (Becoña E; 1992), que se fundamenta
en el efecto irritante del humo cuando se mantiene en la boca por más
de un minuto y se aplica en sesiones de 10 inhalaciones; y también
la técnica de fumar rápido, consistente en el consumo
con aspiraciones sucesivas y fuertes del cigarrillo o tabaco con el propósito
de lograr una intoxicación aguda (borrachera por tabaco) cuyas molestias
son de tal magnitud que llevan al establecimiento de reflejos condicionados
de rechazo al tóxico. Existen en nuestro medio, finalmente, equipos
especializados que tratan a grupos con problemas de tabaquismo en forma
similar a como se tratan los pacientes alcohólicos. Esta es otra
opción asistencial a la que puede recurrir quien se haya decidido
a vencer al "asesino de la cara de ángel" (Gmur M. ; 1987).
ALCOHOL
Cuando fue atendido, Alberto era un joven gastronómico de
32 años procedente de una familia campesina camagüeyana. Diez
años antes se había mudado a La Habana y aparentemente todo
iba bien para él junto a su esposa y su hijita de 5 años
que a su decir "era la niña de sus ojos". La emoción entre
cortaba su voz mientras refería, en un grupo de psicoterapia de
alcohólicos, que cuando ella nació se había hecho
el propósito de que fuera la niña más feliz del mundo,
ya que no quería que se repitieran sus experiencias infantiles cuando
el hambre lo hizo llorar en los meses siguientes al desalojo de que fue
objeto su familia por la guardia rural.
Aquel tiempo sin techo le sembró valores profundos lo que significaba
un hogar sólido en la vida de un niño. Su propósito,
al contar sus experiencias al grupo, era expresar qué razones lo
habían movido a luchar contra el alcohol, y sus palabras no sólo
emocionaron profundamente a otros pacientes participantes, sino también
al psiquiatra conductor de la actividad. Desde hacía algún
tiempo su esposa le decía que bebía demasiado y que durante
sus cuadros de embriaguez se comportaba en forma muy agresiva, cosa que
no recordaba y consideraba un recurso femenino para que él tomara
menos. También algunos compañeros de trabajo le advirtieron
"que se le estaba yendo la mano con las bebidas alcohólicas", pero
eso "le entraba por un oído y le salía por el otro", hasta
que comenzó a llamarle la atención que Rosita durmiera
con los zapaticos puestos.
El diálogo, según su relato, fue más o menos así:
"¿mimita, por qué duermes con los zapaticos puestos?
Papito,
es que yo tengo mucho miedo cuando llegas borracho y duermo así
para poder salir corriendo si nos das pau pau a mami y a mí". Esto
ocurrió hace unos 15 años, y si para Alberto constituyó
la experiencia que le hizo "abrir los ojos", para nosotros resultó
una de las más claras evidencias prácticas de las gran des
tragedias que se vinculan con el consumo irresponsable del alcohol. Desde
entonces, ésta ha sido una de las más fuertes motivaciones
para dedicar nos a evitar, en la medida de nuestras posibilidades, que
otros niños corran la suerte de Rosita.
Esta referencia de un caso también real fue concluida cuando,
unos años después, las dificultades para recordar a un antiguo
paciente que me saludaba con gratitud fueron superadas al escuchar que
"ya Rosita dormía sin zapaticos puestos".
domingo, 21 de abril de 2013
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