La depresión es una patología que se ve frecuentemente
asociada al alcoholismo y, sobre todo, a las recaídas de los alcohólicos. Ya
sea la distimia, depresión crónica neurótica, con sus altibajos, o la depresión
que puede presentarse en los primeros meses de la abstinencia; la depresión
reactiva a sucesos penosos, las diversas formas de presentación de la depresión
mayor, los episodios depresivos de los trastornos bipolares…
Todas las formas de depresión deben ser tenidas en cuenta
cuando se piensa en evitar las recaídas de los pacientes alcohólicos.
El 36 % de los pacientes alcohólicos sufren
concomitantemente de depresión como co-morbilidad bastante frecuente, en unas
ocasiones inducida por la adicción y en otras realimentando la misma, generando
un círculo vicioso difícil de romper.
Porque es frecuente ver que el paciente alcohólico se
deprima y se sienta culpable por las pérdidas afectivas, familiares, laborales,
sociales, económicas… que su adicción le provoca, lo cual lo lleva a aumentar
el consumo de bebidas alcohólicas, con el fin de atenuar sus sentimientos
penosos, pero consiguiendo el resultado opuesto al buscado porque esto le
genera nuevas culpas y mayor depresión.
La co-morbilidad de alcoholismo y depresión es mucho más
frecuente en la mujer que en el hombre.
Los pacientes alcohólicos que sufren de depresión tienen
mucho más recaídas de su enfermedad que aquellos pacientes que no la padecen.
Esta diferencia, que ya se manifiesta en el corto plazo, se hace más patente en
el mediano y, más aún, en el largo plazo.
Por lo tanto, puede afirmarse que la asociación de depresión
en pacientes alcohólicos agrava y ensombrece el pronóstico de su adicción y por
ende siempre debe ser tratada.
CONCLUSIONES
La depresión es una patología que se asocia frecuentemente
al alcoholismo, que dicha asociación es más frecuente en la mujer que en el
hombre, y también que la misma tiene un efecto altamente negativo sobre la evolución
de los pacientes alcohólicos.
Aumenta las recaídas de su enfermedad y ensombreciendo el
pronóstico de la misma. Se desprende la conclusión de que implementando
acciones y diseñando estrategias destinadas a combatir la depresión asociada al
alcoholismo podremos mejorar el pronóstico de esta enfermedad.
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